«No siempre es sencillo escribir un texto
como este. Se ve pronto, pero quienes quieren conocer el motivo de todo seguro
que se dicen: ¿qué tiene de difícil este escrito? El lector inteligente, inquieto
y reflexivo lo descubre en un momento. Lo lee y lo percibe en un segundo. El escrito cumple, como requisito propio y evidente, que no contiene ningún
término con cierto sonido. Sí, en efecto: no tiene… a.»
Este era un juego muy frecuente en la literatura barroca del siglo XVII. Los grandes ingenios de la época escribían novelas y poemas sin utilizar una determinada vocal. Yo he escrito un texto breve -no es fácil, eh- en el que he prescindido de la letra a. La tarea que os propongo, para acabar la semana, es que hagáis algo parecido: componer una párrafo sin usar una de las cinco vocales. La que queráis.
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