lunes, 6 de enero de 2014

Los cuarenta y siete ronin

Ahora que en los cines se puede ver la película El último samurái (47 ronin), quizá sea el momento de recordar un libro excelente, publicado por la editorial Miraguano en 1999: Los cuarenta y siete ronin. La historia de los leales samuráis de Akó, del escritor japonés Tamenaga Shunsui (1790-1844). El de los cuarenta y siete ronin es uno de los episodios más celebrados y recordados de la historia japonesa, tan rica en "historias" ejemplares de heroísmo y abnegación. Lo hechos, de sobra conocidos por todos, se han contado mil veces y adaptado a todo tipo de géneros, desde obras de kabuki a versiones cinematográficas. La novela de Tamenaga Shunsui es una recreación más y en ella, como él mismo cuenta en el prefacio, no hace sino recordar los relatos que, durante las noches de invierno de su infancia, escuchaba de labios de su madre. 
La de los cuarenta y siete ronin es una historia de lealtad y de venganza. Los leales samuráis de Akó, liderados por Ooishi Kuranosuke, esperaron pacientemente durante tres años para llevar a término su venganza sobre el corrupto y cobarde señor Kirá, responsable de la muerte de su señor Asano Naganori. Tal ejemplo de lealtad y valor asombró a cuantos tuvieron noticia de lo ocurrido. La muerte por seppuku ordenada por el Shogun fue un reconocimiento a su entrega. Los hechos ocurrieron en 1702, cuando la casta de los samuráis había perdido sus funciones militares y Japón se encontraba a las puertas de una transformación modernizadora sin precedentes. Como si la vieja casta de guerreros quisiera despedirse brillantemente, los cuarenta y siete ronin representaron el final glorioso de un época. Sus restos reposan en el templo de Sengaku, en Tokio, y allí siguen recibiendo el homenaje de miles de visitantes.